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La fabricación de aceros
En 1760 la fábrica Carron , en Glasgow, comenzó a producir ruedas forjadas para molinos. El horno reverberatorio de Darby, diseñado originalmente para fabricar vidrio, producía en ese entonces hierro para todo el país. El hierro era fundido sin estar en contacto con el combustible, en hornos cerrados con ladrillos que reflejaban e intensificaban el calor. En 1760 había 17 hornos de coque en Gran Bretaña, en 1790, 81 hornos. En 1776 fue construido el primer puente de hierro forjado, en Coalbrookdale sobre el río Severn.

El gran maestro herrero James Wilkinson, propuso casas de hierro, fabricó tubos de hierro, y recipientes para cervecerías, inventó un método nuevo para perforar las fundas de los cañones con gran precisión, y finalmente el mismo fue enterrado en un ataúd de hierro.

El trabajo de Wilkinson fue ayudado por la demanda causada por la guerra contra Francia, y por la invención del acero de crisol (crucible).

En los 1750's Benjamin Hunstman, un relojero de Doncaster, produjo acero de alta calidad utilizando la misma técnica del horno de repercusión. En 1775, utilizando una cabeza cortadora del acero de Huntsman, Wilkinson fue capaz de cortar hierro atinadamente a unos cuantos milímetros.

En 1782 un maestro herrero llamado Henry Cort contactó a James Watt con lo que él llamó su gran secreto. Esta técnica de producir hierro demandaba una gran cantidad de aire, el cual la máquina de vapor de Watt podía proporcionar, y también un considerable poder de golpeteo para la forja. El sistema fue diseñado para fabricar mucho más hierro calentándolo en el horno de repercusión, hasta que la escoria flotaba por encima del metal líquido. En este punto la escoria normalmente era separada. Cort la dejó en la mezcla e incrementó la temperatura.

El metal fundido se dejaba para enfriarse un poco, y después colocado debajo de la forja del martillo cuando todavía tenía un color rojo, hasta que la escoria se eliminaba con el martilleo. Después se colocaba en los rodillos, todavía muy caliente, y se rolaba hacia afuera el resto de la escoria. La técnica producía 15 veces mas hierro que los métodos convencionales. El hierro era más maleable que el hierro fundido debido al efecto descarburizador del aire cuando el hierro era movido en el horno.

Durante el principio del siglo XIX se desconocía la composición química del acero. No fue sino hasta 1820 que Karsten estableció la diferencia entre hierro laminado, acero y hierro esponja, la cual dependía de la cantidad de carbono presente, y durante 1831 Justus von Liebig desarrolló un método exacto de determinación de carbono en el acero.

La fabricación de aceros rápidamente se convirtió en un arte, y muchos de los secretos fueron transmitidos de padres a hijos. Los fabricantes de Sheffield pensaban que ellos eran los mejores.
Horno estacionario con coque