BUSCAR »
Aceros de alta velocidad
El siguiente mayor descubrimiento en el campo de los aceros después del de Huntsman fue el llamado acero Mushet en 1868.

Robert Mushet sugirió la adición de manganeso en la fabricación del acero Bessemer, y esto hizo factible comercializar este tipo de acero. También estuvo interesado en agregar otro tipo de aleaciones, entre ellos el tungsteno.

Las propiedades de dureza al rojo del acero Mushet no fueron reconocidos hasta posiblemente 25 años después de su descubrimiento. Se le reconoció que este tipo de material tenía una mucha mayor resistencia al desgaste que otro tipo de acero grado herramienta, y las herramientas utilizadas se tenían que reafilar con menor frecuencia. La composición química de este material variaba, pero se cree que el fabricado en 1890 tenía 2.00 % de carbono, 2.50 % de manganeso y 7.00 % de tungsteno.

El científico John Langley presentó un estudio en 1892, en donde especificaba que la adición de tungsteno por si sola no hacia que el acero fuera endurecible al aire, para tener estas características, debía de tener además altas cantidades de manganeso o cromo. Durante los 1890's, el alto contenido de manganeso fue sustituido por cantidades de cromo. Durante este tiempo se realizaron muchos experimentos cambiando las cantidades y los elementos como el tungsteno, cromo y manganeso.

Se reconoció a principios del siglo XX que el molibdeno podía sustituir al tungsteno, pero durante los primeros años no se efectuó tal substitución debido al alto costo del molibdeno. Taylor y White comenzaron a bajar la cantidad de carbono y aumentar la cantidad de tungsteno, para mejorar el rendimiento del material de alta velocidad. El contenido de vanadio se comenzó a incluir entre 1904 y 1906, utilizándose inicialmente el 0.30 %, e incrementándose hasta 0.70 %.

Se ha estudiado bastante la historia del desarrollo de los aceros de alta velocidad, pero no se conoce casi ningún dato acerca del desarrollo de los demás tipos de aceros grado herramienta. No se conoce ni los nombres de los inventores.

Los registros de laboratorios de alguno de los fabricantes de principio del siglo XX, nos indican que uno de los aceros primeramente introducidos contenía 1.00 % de carbono y 3.00 % de tungsteno. Se trataba de un acero magnético de origen alemán. El acero magnético ingles mostraba una cantidad considerablemente menor de carbono, el 0.51 %, pero contenía el 4.00 % de tungsteno. El tungsteno le daba un grano fino al acero, por lo cual se comenzó a utilizar en pequeñas herramientas. Entre 1895 y 1900, se añadieron pequeñas cantidades de cromo para impartir un grano fino, alrededor de un 1.00 %. El acero para limas contenía 1.18 % de carbono, 0.94 % de cromo y 0.78 % de tungsteno. El níquel también se comenzó a utilizar en aceros para sierras durante 1890 y 1895. Al finalizar este siglo, se tenían básicamente dos tipos de aceros, los endurecibles al aire, y los aceros al carbono, variando las cantidades de carbono y las durezas obtenibles, siendo muchos de estos en el rango alto del carbono, entre 1.40 y 1.50 %.
Robert Forester Mushet